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 Terrés Terrés
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Monday 7 de May de 2012, 21:10:08
ELBRUS. 13 de julio del 2.003, domingo. Dizel Hut.
Tipo de Entrada: RELATO | 1618 visitas

...el tiempo es inmejorable y perfecto, hay luna llena, mañana tendremos, seguramente, una gran subida y seguro que hacemos cumbre, lo presiento...

     Desayunamos. Vemos los efectos de la nevada. Parece que se despeja por el W pero no demasiado.

     Jesús Andújar me contó que anoche, mientras mis compañeros y yo ya dormíamos acunados por la nana de la tormenta, Oleg nuestro guía, se había levantado para ver si el tiempo había mejorado y parado la tormenta, pero no, el fuerte viento y la nevada seguían incesantes. Oleg le dijo a Jesús Andújar que hoy no se podía subir, que ya veríamos más adelante. Jesús pensó que Oleg estaba loco si pensaba intentar la subida en estas condiciones.

     Sube Elena y nos comenta que solo tenemos esta noche para dormir en Dizel Hut, y si no, bajaremos a Barrels a esperar. Nos cabrea, discutimos y subimos al piso de arriba a descansar en la habitación. Charlando con los catalanes de cómo se ha puesto la Alta Montaña por Agencias.

Dizel Hut  Otras expediciones aclimatándose


     De nuevo nos sentíamos como meros juguetes a merced de una niña caprichosa. Nosotros deberíamos tener más días en Dizel Hut, tanto como el necesario para poder subir al Elbrus o hasta el miércoles o jueves. Parece que hacen con nosotros lo que quieren y nosotros debemos obedecer resignados. Esta sería la última noche en Dizel Hut, la siguiente noche la deberíamos pasar ya en Barrels, a trescientos metros más abajo y de una o dos horas más de distancia. Por lo tanto mañana deberíamos subir al Elbrus o si no, al día siguiente lo tendríamos que hacer desde Barrels. Resignados confiábamos en tener suerte mañana, o si no se nos pondría más difícil.

     Arriba, en el dormitorio, escuchábamos al guarda del refugio martillear la madera y la chapa del tejado. No se oían muchos martillazos al día con lo que pensábamos, la construcción y terminación de Dizel Hut era lenta y calmada.

     Hoy (o ayer), a mitad del día (que se estaba despejando poco a poco casi por arte de magia) había subido la propietaria del refugio acompañada de otras personas para ver como iban las obras.

El grupo, con Oleg delante, en la puerta de Dizel Hut


     Hablamos de GPS en USA, son más o menos baratos, más o menos 140 $, por ejemplo. –RINO (Garmin) mod.: 110 – 120.  

     Conocemos a Toni y Pau de Barcelona. Hay pocos, muy pocos o casi ningún español aquí (salvo nosotros). Son buena gente, amigables y conversadores.

     Kike y yo nos damos un paseo hacía una arista rocosa volcánica curioseando varios refugios a base de cabinas de avión. Las ruinas del Priyut que se quemó y otra cabaña de madera sembrada de tiendas de campaña. Esto es el Campo Base del Elbrus y bulle de actividad mientras que las nubes pasan rápidas desde el W. Nos hacemos unas fotos en un monolito metálico conmemorativo de los caídos en la 2º guerra Mundial.

     Regresamos a las 13 h. a comer con Jesús y Joaquín que han estado perreando y ligando lo que pueden con unas chavalitas rusas. Nos dimos cuenta que los españoles para las rusas éramos como los cubanos en España. Exóticos, atrayentes, simpáticos y ejercíamos una extraña atracción que yo nunca había experimentado. Era el diecisiete cumpleaños de una de las chavalas y nos pidieron que escribiéramos algo en español para ella en su cumpleaños, y que nos hiciéramos unas fotos con ellas. Lo pasamos un ratico bien, hablamos con ellas en inglés y estaba a gusto por que me daba la impresión de que éramos su centro de atención.

Haciendo amistades en Dizel Hut


     Tras la comida, salchichas, ensalada, té caliente, galletas... salimos a descansar al sol a leer “León el Africano” y a ver el panorama. Suben decenas de montañeros bien, regular y mal equipados, alguno con zapatillas y zapatos que suponemos luego bajaran. El Campo Base bulle de actividad, gente que baja, gente que sube.

     Descansamos al sol, charlamos con los catalanes y dejamos pasar el tiempo hasta la cena: 16:30 h. Si no se estropea el tiempo todo parece indicar que mañana haremos cima muchos de los que estamos aquí. Nos levantaremos para salir a las 2 h. ¡Que el ángel del Elbrus nos respete y nos ayude! ¡Miles de montañeros de todas las nacionalidades no pueden estar equivocados! Hoy ha de ser ¡Que incertidumbre! ¡Hay que tener fe! Aunque si hace viento o si el tiempo cambia... Hay alemanes, suizos, daneses, noruegos, yanquis, checos, polacos, rusos...

     Antes de dormir (nos acostamos a las 18 h.) Llega una tropa de guiris escandalosos y se instalan en las camas de enfrente y por todas partes. Hay dos españoles, es un grupo de la U.I.A. Unos avisos y unas miradas de mal rollo y a eso de las 21 h. se callan y podemos dormir algo pese a la incertidumbre del día siguiente. No en vano en las últimas semanas se han matado 2 canadienses y un polaco.

Dizel Hut, Priyut 11 y el Elbrus que se despeja


     El Elbrus no tiene ninguna dificultad técnica, solo es andar y subir, mucha resistencia. Pero si te sales del camino a seguir has de saber que andas por encima de un glaciar y aunque invisibles por la nieve, hay grietas por las que te puedes caer, como les ocurrieron a los canadienses; y el Elbrus es de tal altura que recoge todos los vientos con gran fuerza aunque haga buen tiempo, y una fuerte ráfaga te puede empujar y tirar, como le ocurrió al polaco en la misma cima.

     Antes de dormirme y ya atardeciendo, bajé para ver como estaba el tiempo y lo que descubrí fue increíble: la atmósfera limpia pero oscurecida por el atardecer, sin una nube con las montañas del Donguzorum y Ushbá, entre otras muchas, coloreadas con el blanco de la nieve, el azul de la oscuridad y el rojizo de los últimos rayos de sol. Increíble. Vale la pena nada mas retener ese momento para toda la eternidad; para comprender el por qué estoy allí... la visión me deja boquiabierto, hago una foto. La luna sale casi a la altura de Los Ushbá. Es una visión encantadora, enigmática... nunca más la volveré a ver. Un mar de nubes se forma en el Valle de Baksan. Maravilloso. De cuento. Estos paisajes solo salen en los documentales. Me quedo perplejo, maravillado, absorto en un paisaje místico y grandioso. La belleza del momento es tal que se esfuman de golpe todas las penurias y preocupaciones, ahora solo existo yo, el Caucaso y la luna llena.

Atardece con la luna llena sobre el Valle de Baksan.


     El tiempo es inmejorable y perfecto, hay luna llena, mañana tendremos, seguramente, una gran subida y seguro que hacemos cumbre, lo presiento. El mundo es maravilloso.




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